Subversión de la Escultura Fantástica

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Lo fantástico habla siempre de los sublimes espacios intermedios, también de los secretos, de los abismos y profundidades del alma humana. Se atreve a echar un vistazo tras el espejo, explora las áreas al margen del orden, de los sistemas y las categorizaciones, y escapa a lo conocido, lo acostumbrado, lo mediocre, lo establecido. El Valaraukar es una síntesis de ello. Enorme y pesado, antropomorfo, demonio de aspecto humanoide, con crines nacido del fuego, astuto y muy inteligente. Rojo y negro, con sombras enormes y cambiantes.

Como criatura, el Valaraukar es inconmensurable, insondable, es atemporal; y ello se debe, en buena medida, a que es producto de la incertidumbre del ser humano: en su cuerpo, en su comportamiento, en su conciencia y su subconsciente, en sus aspectos diurnos y nocturnos.

El Valaraukar expone lo fantástico, constituye un sistema abierto y auto-organizado que se adapta a nuevos terrenos y situaciones, y es así capaz de transmutarse. Lo fantástico explora constantemente la realidad en busca de lo nuevo y el Valaraukar intenta hacerlo visible.

 

Miguel Antonio Contreras Hincapié